Los lazos kármicos, contrario a la creencia popular, no son un castigo divino, son enseñanzas que como almas decidimos aprender y experimentar antes de encarnar y que por alguna razón no pudimos concluir en una vida pasada. Así queda pendiente el aprendizaje con cierta persona o grupo de personas para la vida siguiente.
Cuando nosotros no hemos aprendido de la situación que vivimos en una vida pasada volvemos a generarla en la vida presente de forma que tengamos nuevamente la oportunidad de afrontar el hecho y esta vez resolver correctamente. Y la pregunta surge, ¿qué es resolver algo correctamente?
Algo resuelto correctamente es una situación donde el amor incondicional prevalece para todas las partes involucradas, es decir, que la armonía se refleja en todos y cada uno de los participantes, es decir se busca el bien común. Esto es posible porque en realidad Dios es amor y al manifestar el amor en nuestras vidas estamos manifestando la perfección de Dios en ellas.
Toda situación que se esté viviendo es un efecto directo de nuestra conducta en esta vida o en otras. Así hay personas que a veces no comprenden por que tienen “la mala suerte” de toparse con un tipo de personas, por ejemplo una mujer que siempre ha tenido jefes machistas, o un hombre que siempre ha tenido parejas dominantes, etc.
Estas situaciones nosotros las escogemos, consciente o inconscientemente, entonces hay que indagar en nosotros por qué estamos escogiendo este tipo de situaciones y personas.
Alguien podrá decir que “Yo no escogí este jefe”, pero en realidad con nuestra capacidad co-creadora con el Universo nosotros escogemos estos escenarios en todo momento.
Entonces que objeto tiene que estemos repitiendo los patrones de otras vidas y que objeto tiene que nos estemos encontrando con las mismas personas una y otra vez. Dios en su infinita misericordia nos da la oportunidad de resarcir el daño hecho y de aprender la lección de amor que cada situación conlleva. Así si como un niño que se cae de la bicicleta al tratar de subir un tope, y que tiene tantas oportunidades como él desee para poder hacerlo hasta perfeccionarse, así nosotros tenemos la oportunidad de practicar hasta perfeccionarnos en el arte de amar incondicionalmente al prójimo, con diferentes escenarios y con tantas oportunidades como las que deseemos tomar.
Existen dos formas de aprender algo, por la vía del amor (que desgraciadamente es la menos usada) y por la vía del dolor que nos “pega donde más nos duele” y que conlleva a una crisis que “obliga” a la persona a decidir cambiar y entonces darse cuenta que la única vía es la del amor incondicional. Esta es la parte más dura de comprender porque se interpone nuestro “Ego personal” (ese que nos dice que es completamente “injusto” esto que nos ocurre y nos propone seguir en el plan de víctima), pero nosotros mismos nos causamos el sufrimiento al alejarnos de nuestro plan divino y de la unión con nuestro Ser Superior o Consciencia Superior (la parte de nosotros que recuerda perfectamente qué venimos a perfeccionar en esta vida, la que sabe todo de nosotros de esta y otras vidas, la que está unida al Padre).
Entonces como ayudarnos a comprender mejor nuestro plan divino y sanar los lazos kármicos creados con otras personas en múltiples eventos de nuestras vidas, presente y pasadas.
Como lo que en realidad venimos a experimentar es el amor incondicional, tanto recibirlo como darlo, en diferentes circunstancias entonces debemos utilizarlo para sanarnos y sanar estos lazos.
Como lo que en realidad venimos a experimentar es el amor incondicional, tanto recibirlo como darlo, en diferentes circunstancias entonces debemos utilizarlo para sanarnos y sanar estos lazos.
1. Darse cuenta que nada es “injusto”, que lo que estamos viviendo tiene una razón de ser, la entendamos en este momento o no.2. Tener HUMILDAD, para poder comprender que así como nosotros estamos viviendo esta situación es muy fácil que nosotros hayamos propiciado situaciones iguales a otras personas o a la misma con la que tenemos el problema actualmente. Comprender que esto que nos sucede nosotros lo generamos en algún momento. DEJAR EL PAPEL DE VÍCTIMA o EL PAPEL DE ORGULLO.3. Decidir que esta situación es posible solucionarla con amor incondicional y perdón. Tomar la decisión de dar el primer paso, convencidos de que es la única forma de conseguir la paz interna que buscamos y de evitar futuros encuentros de aprendizaje con esta persona…. Yo Superior
Nadie más que uno puede liberar su mente de la esclavitud. De la fuerza nace el derecho.